En la educación clásica
conservadora de los colombianos existía un imaginario del adulto: “Es el que
sabe y tiene la razón”, esta impulsa a los hijos manifestar respeto y límites
con respecto a los adultos, que con frases y reflexiones educaron y formaron a
generaciones anteriores. En la actualidad el desbordamiento tecnológico actual he
hecho que esta idea se transforme, por la necesidad de encontrar y buscar
información que permitan manejar criterios y pensamientos diferentes a los preestablecidos
y deseados por generaciones anteriores.
Como orientadores debe
hacer parte de la realidad de nuestro oficio, encontrar puntos de equilibrio a
través de las mismas experiencias, para que esta brechas generacionales de
información, de capacidades y usos de herramientas tecnológicas, no sean generadoras
de distanciamientos y conflictos que interfieran en su convivencia familiar y
social. Para las nuevas
generaciones el uso de la tecnología es cotidiano y recurrente en cualquier momento
del día para establecer relaciones y permanecer en contacto de forma lúdica, y para
algunos padres o personas de edad , poblaciones con deficiencias económicas que
tienen poco acceso a este tipo de elementos este contacto informático es un
poco más espaciado y con finalidades básicas. Esto evidencia que se
naturaliza el uso de estos elementos por una parte de la población, y que
justamente a ellos se les tiene que hacer evidente el proceso tan veloz que ha
tenido esta tecnologia, es muy común hablar de computadores y programas en la actualidad, de teléfonos celulares y
del internet, pero ahora existen equipos con tanta velocidad y eficiencia en el
proceso de la comunicación, que las personas que hacen parte de la sociedad que
le cuesta un poco más este acceso a la tecnología una dificultad obvia de entender que cantidad de beneficios o
herramientas pude tener la tecnología para su cotidianidad.
Por otro lado también es
importante trabajar la idea con la población que no maneja de forma regular
esta herramienta que en la actualidad; por la necesidad que simplemente se ha
generado, es común que los niños, niñas y jóvenes las deseen. Por esto se debe
generar un tipo de pensamiento democrático frente al tema por parte de los
docentes y especialmente de nosotros como orientadores familiares que
procuramos con nuestra labor estimular procesos de comunicación dentro de las
familias. Que este tema no sea
omitido en la realidad de la familia por porque en este momento es un tema
álgido entre las mismas.
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