SERRANÍA DEL NAQUÉN
Está ubicada entre los ríos Inírida y Cuiarí, en el departamento del Guainía, municipio de Puerto Inírida, en un enclave que se considera como sabana selvática. Su forma alargada, con más de 90 km de longitud y 10 de ancho, se extiende en dirección norte–sur desde el río Guainía hasta el límite con Brasil, al sur; por el oriente limita con las regiones venezolanas del Tigre y Mayrri. Sus alrededores están irrigados por pequeños riachuelos o caños que descienden de sus estribaciones.
En la actualidad las estribaciones y la periferia de la serranía están habitadas por indígenas Nukaks, emparentados con los Makús de la frontera con Venezuela y Brasil.
Se identifican por la falta de atuendo y el uso de pintura corporal, bandas o brazaletes en muñecas, brazos, pantorrillas y tobillos. Son cazadores–recolectores natos y su cotidianidad doméstica transcurre en un constante deambular en procura del sustento y de la proteína animal; su morada la constituye, en el mejor de los casos, un enramado hecho con hojas de platanillo o tarriago, dispuestas en forma circular.
Hábiles hombres de selva y avezados en el manejo de venenos y alucinógenos, utilizan lanzas, cerbatanas, arco y flecha, tanto para la cacería como para la defensa personal.
Aunque su descubrimiento es reciente, los estudios etnográficos y antropológicos en curso permitirán establecer las relaciones que existen entre los Nukaks y los Makús —denominados a sí mismos como Madopas o Hupdes— con los Epineds, otro de los grupos identificados recientemente en la Amazonia.
En la actualidad las estribaciones y la periferia de la serranía están habitadas por indígenas Nukaks, emparentados con los Makús de la frontera con Venezuela y Brasil.
Se identifican por la falta de atuendo y el uso de pintura corporal, bandas o brazaletes en muñecas, brazos, pantorrillas y tobillos. Son cazadores–recolectores natos y su cotidianidad doméstica transcurre en un constante deambular en procura del sustento y de la proteína animal; su morada la constituye, en el mejor de los casos, un enramado hecho con hojas de platanillo o tarriago, dispuestas en forma circular.
Hábiles hombres de selva y avezados en el manejo de venenos y alucinógenos, utilizan lanzas, cerbatanas, arco y flecha, tanto para la cacería como para la defensa personal.
Aunque su descubrimiento es reciente, los estudios etnográficos y antropológicos en curso permitirán establecer las relaciones que existen entre los Nukaks y los Makús —denominados a sí mismos como Madopas o Hupdes— con los Epineds, otro de los grupos identificados recientemente en la Amazonia.
FUEGO
AGUA
TIERRA
VIENTO
SELVA
ILUSTRACIONES INSPIRADAS EN LA SERRANÍA DEL NAQUÉN - GUAINIA - COLOMBIA
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